Filosofia de la finitud (2ª ed.)
de Joan-carles Melich![Filosofia de la finitud (2ª ed.)](/portada/QuJB9uj0ozD6hrlSZYUVhc9CXNlVXrJfhPA6XS21oEU1hqDRoNL1Fcb1Uc91IH93IcszUHszIcXBUzda9P9.jpg)
Edición digital de la 2ª edición en papel, revisada y ampliada
La finitud no es la muerte sino la vida. Si somos finitos es porque vivimos siempre en despedida y no podemos controlar los deseos, recuerdos y olvidos, porque el nuestro es un mundo que nunca nos pertenece del todo, ni será plenamente cósmico, ordenado o paradisíaco. Somos el resultado del azar y de la contingencia y no tenemos más remedio que elegir en medio de una terrible y dolorosa incertidumbre. Una vida finita no conseguirá eludir la amenaza del caos, ni estará capacitada para cruzar las puertas del paraíso. Ser finito significa que no podemos crear a voluntad nuestra existencia, porque, querámoslo o no, recibimos una herencia que nos obliga a resituarnos a cada instante.
Se trazan en esta obra algunas escenas antropológicas que configuran nuestra vida cotidiana: la experiencia, el olvido, el mal, el deseo, el placer, el silencio? La filosofía aquí esbozada tratará de mostrar la fragilidad y la vulnerabilidad de la vida y de pensar la ética y la educación desde esta perspectiva. Estamos ante el relato fragmentario del recorrido por unas sendas para las que no contamos con brújulas ni cartas de navegación.
«Un vigoroso alegato vitalista y una decidida aportación a aquel retorno de la filosofía a la vida que reclamaba Nietzsche para el pensamiento de nuestro tiempo.»
Enrique Lynch, Babelia
(iscr) filosofia de la persona
- Fecha de lanzamiento: 20/01/2012
- Plaza de edición: BARCELONA
- Año de edición: 2012
- ISBN: 9788425428647
- Encuadernación: Tapa blanda
- Idioma: CASTELLANO
- Editorial: HERDER
- Nº de páginas: 152
(pe) enseÑar platon en palestina: filosofia en un mundo dividido
La finitud no es la muerte sino la vida. Si somos finitos es porque vivimos siempre en despedida y no podemos controlar los deseos, recuerdos y olvidos, porque el nuestro es un mundo que nunca nos pertenece del todo, ni será plenamente cósmico,ordenado o paradisíaco. Somos el resultado del azar y de la contingencia y no tenemos más remedio que elegir en medio de una terrible y dolorosa incertidumbre. Una vida finita no conseguirá eludir la amenaza del caos, ni estará capacitada para cruzar las puertas del paraíso. Ser finito significa que no podemos crear a voluntad nuestra existencia, porque, querámoslo o no, recibimos una herencia que nos obliga a resituarnos a cada instante.Se trazan en esta obra algunas escenas antropológicas que configuran nuestra vida cotidiana: la experiencia, el olvido, el mal, el deseo, el placer, el silencio La filosofía aquí esbozada tratará de mostrar la fragilidad y la vulnerabilidad de la vida y de pensar la ética y la educación desde esta perspectiva. Estamos ante el relato fragmentario del recorrido por unas sendas para las que no contamos con brújulas ni cartas de navegación.
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